La planificación del Camino de Santiago no solo implica elegir la ruta o reservar los albergues: saber cómo preparar tu mochila puede marcar la diferencia entre un viaje placentero y otro lleno de dolores, ampollas y contratiempos. Aún así, muchos peregrinos repiten los mismos fallos año tras año. A continuación, te mostramos los 10 errores más comunes para que no caigas en ellos y disfrutes al máximo de cada etapa.

1. Llevar Demasiada Ropa “por si acaso”

Uno de los fallos más habituales es pensar que necesitas equiparte para cualquier clima extremo posible. Al final, acabas con pantalones, camisetas y chaquetas que no usarás ni una sola vez. Recuerda que en el Camino existen lavanderías y que basta con 2 o 3 mudas bien elegidas para la mayoría de las ocasiones. Además, si haces el Camino en verano, por ejemplo, será muy raro que uses prendas muy gruesas. Si aún tienes dudas, utiliza nuestra herramienta de Equipación IA para saber exactamente lo que necesitas según tu presupuesto y temporada.

2. No Ajustar el Peso a Tu Capacidad Física

Si te esfuerzas demasiado, podrías terminar con sobrecargas y dolores de espalda. Una norma general es no superar el 10% de tu peso corporal. Si pesas 70 kg, tu mochila debería rondar los 7 kg, sin contar el agua que lleves. Añadir pequeños objetos “innecesarios” en cada parada provoca que termines acarreando 9 o 10 kg fácilmente. Sé estricto con tu lista de equipaje.

3. Olvidar una Buena Distribución Interna

A veces los peregrinos echan todo “a lo loco”: botas, chaqueta, saco... y se pierde espacio, se arruga la ropa y se dificulta el acceso a lo prioritario. El peso más denso debería ir pegado a tu espalda para lograr estabilidad. Prendas de uso frecuente, como el chubasquero o el polar, van arriba o en bolsillos exteriores. Te interesa saber más detalles de ergonomía y ajustes de correa, revisa nuestro post: Cómo Elegir la Mochila Perfecta para el Camino de Santiago.

4. No Proteger Efectos Personales de la Lluvia

Otro clásico es enfrentarse a un chaparrón y descubrir que tu equipaje se empapa. Es fundamental llevar una funda impermeable para la mochila y, dentro, separar en bolsas estancas (o bolsas ZIP) la ropa, documentos y cualquier aparato electrónico. Recuerda que en zonas como Galicia, la lluvia puede aparecer en cualquier momento, incluso en pleno verano.

5. Subestimar la Importancia de los Calcetines

Algunos peregrinos le dan toda la importancia al calzado pero se olvidan de que los calcetines técnicos antiampollas son esenciales. Usar calcetines normales de algodón puede provocarte rozaduras y humedad. Un buen calcetín específico de trekking reduce ampollas y mejora la transpiración. Para más detalles sobre la elección de ropa, echa un vistazo a nuestro artículo Ropa y Accesorios Imprescindibles para el Camino de Santiago en Verano.

6. Comprar una Mochila de Poca Calidad o Mal Ajustada

Un error frecuente es elegir la mochila más barata sin valorar si se adapta a tu espalda, a la longitud de tu torso o a tu complexión. Dedica tiempo a probar diferentes modelos y asegúrate de que tenga correas regulables y un cinturón lumbar firme. No subestimes la importancia de la comodidad de tu mochila: de ella depende que tus hombros y espalda no terminen resentidos. Si planeas viajar en épocas frías, revisa también nuestro artículo sobre equipamiento de invierno donde incluimos recomendaciones de mochilas más robustas.

7. Olvidar Botiquín y Artículos de Higiene Básica

Si bien no conviene cargar con un “armario” de medicamentos, sí es fundamental incluir un botiquín básico con ibuprofeno o paracetamol, tiritas y algún tratamiento antiampollas. Tampoco olvides una pequeña toalla ligera de microfibra. Llevar lo mínimo de aseo personal (jabón multiuso, cepillo de dientes, desodorante) es necesario para no depender en exceso de comprarlo durante el Camino —aunque en muchos lugares encontrarás estos productos, sus precios pueden ser más elevados.

8. No Tener en Cuenta la Temperatura Nocturna (Ni el Saco Adecuado)

Aunque hagas el Camino en verano, las noches pueden refrescar más de lo que esperas, sobre todo en albergues con corrientes de aire o en zonas de montaña. Un saco de dormir ligero (o al menos un saco-sábana) suele ser una salvación ante imprevistos. Infórmate sobre la climatología de la ruta y elige un saco con la temperatura de confort acorde.

9. No Pensar en un Plan “B” para tu Documentación y Electrónicos

¿Qué harás si tu móvil se queda sin batería o si pierdes tu tarjeta de crédito? Guarda una copia impresa de tu documentación en un lugar distinto al del original y, si puedes, lleva algo de efectivo extra bien protegido. Llevar un cargador portátil (power bank) tampoco está de más, ya que no siempre hay suficientes enchufes en los albergues.

10. Cargar con Objetos Innecesarios

Un error que vemos repetidamente: peregrinos con “por si acasos” de toda clase (libros muy gruesos, altavoces de música, prendas de fiesta...). Aunque sea tentador, cada artículo que metas en la mochila te pasa factura en cada paso. Valora si de verdad lo usarás con frecuencia o si tienes opciones digitales (por ejemplo, libros electrónicos en tu teléfono).

Conclusión

La mochila es tu compañera inseparable en el Camino de Santiago, pero también puede convertirse en tu peor enemiga si no la preparas con cabeza. Evita estos errores comunes: ajusta tu equipaje a tus necesidades reales, cuida la distribución, prioriza lo práctico y mantén el peso bajo control. Con la combinación adecuada de accesorios, ropa y calzado, tu experiencia mejorará enormemente.

Si te ha sido útil esta guía, no dudes en compartirla con otros peregrinos. Y recuerda que nuestra herramienta de Equipación IA puede hacerte recomendaciones personalizadas, teniendo en cuenta tu presupuesto, la temporada y tu estilo de viaje. ¡Buen camino!

Referencias

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